viernes, 21 de noviembre de 2008

El concepto: los universales y los nominales

Problema de los universales
El problema de los universales es dar un término convencional a lo que es en realidad un nido de problemas interrelacionados, algunos de los cuales caen en el área de la Psicología cognitiva, otros dentro de la Epistemología, y otros más aún en la Ontología. En otras palabras, este problema involucra cómo pensamos, cómo sabemos, y cuáles son las realidades a ser conocidas.
Pero como debemos comenzar en algún lugar, preguntémonos: ¿es la idea de un río (un universal) más real que las furiosas aguas del Río Meandro (un particular) en este momento? ¿es menos real? ¿o diferentemente real?
El problema de los universales en la antigüedad [editar]
El debate puede haber comenzado con Heráclito, un antiguo pensador griego quien dijo que "nunca entramos dos veces en el mismo río." En el tiempo que nos toma mover el pie para dar el segundo paso, el agua ha continuado corriendo presurosa hacia delante, los bancos han cambiado un poco, y el río ya no es el mismo.
Heráclito es frecuentemente interpretado como sugiriendo una conclusión escéptica de esta observación. Como nunca nada se mantiene igual de momento a momento, cualquier conocimiento que creamos que poseemos es obsoleto ya antes de que lo adquiramos. También puede haber estado sugiriendo que los nombres son una manera artificial de imponer estabilidad al flujo de la realidad - llamando esto "río" pretendo que es una entidad. Esto lo convertiría en el primer nominalista.
Mucho en la filosofía de Platón puede ser entendido como una respuesta a Heráclito, especialmente a las implicaciones escépticas de sus escritos. Para Platón, nuestro intelecto puede contemplar el mismo río cualquier cantidad de veces, ya que río como una idea, como una forma, se mantiene siempre el mismo. Hay una aguda distinción entre el mundo de los sentidos y el mundo del intelecto: uno puede tener sólo opiniones acerca del primero, pero puede tener conocimiento, una creencia verdadera justificada, acerca del segundo. Justamente por esa razón, el mundo inteligible es el mundo de la razón, y el mundo sensible es sólo provisionalmente real, como las sombras en la pared de una cueva.
Debe ser mencionado que la noción platónica de ideas atemporales, o formas, no está confinada a universales. Términos particulares pueden también ser entendidos como el nombre de una forma inteligible. Entonces, a pesar de que río es una forma, Meandro lo es también, y "el Meandro como era al mediodía el viernes pasado" es asimismo una forma. ¡Hasta "flujo Heraclítico" es una forma, y como tal desprovisto de flujo y atemporal! Hay aquí paradojas en abundancia, y Platón mismo las exploró en un diálogo deslumbrantemente dialéctico, Parménides.
Pero al menos una parte de lo que Platón quiso dar a comprender es que Río, como un universal, es una idea atemporal en la cual los ríos mutables participan parcialmente, ya que el mundo material es un espejo imperfecto del mundo realmente real. Platón, en consecuencia, fue el primer realista.
Su alumno, Aristóteles, estaba en desacuerdo tanto con Platón como con Heráclito. Aristóteles transformó las formas de Platón en "causas formales", los planos implícitos en las cosas materiales. Donde Platón idealizaba la geometría, Aristóteles practicaba la biología, y su pensamiento siempre vuelve a los seres vivos. Considera un árbol de roble. Éste es un miembro de una especie, y tiene mucho en común con todos los robles de generaciones pasadas, y con todos los que vendrán. Su universalidad, lo que le da la esencia de roble, es una parte de él. Por consiguiente, Aristóteles era mucho más insistente que tanto Heráclito como Platón sobre conocer el mundo sensible. Un biólogo puede estudiar robles y aprender sobre su esencia, encontrando el orden inteligible dentro del mundo sensible. Tal visión hizo a Aristóteles un realista en cuanto a los universales, pero un nuevo tipo de realista. Uno podría llamar a esta visión de las cosas como realismo moderado.
El problema en tiempos medievales
Sabios islámicos preservaron una tradición de sabiduría aristotélica después de que el Cristianismo lo hubiera largamente olvidado. Alrededor del siglo XIII, sin embargo, la "reconquista" de España estaba progresando, y trayendo consigo una vez más a la conciencia del mundo de la literatura latina las riquezas de la antigua filosofía griega, como se ha encontrado en las bibliotecas recapturadas de Toledo.
Tomás de Aquino hizo de su misión personal la de reconciliar la filosofía de Aristóteles con la fe Católica Romana. Como parte de esta tarea, en De Ente et Essentia reestableció la visión de Aristóteles sobre la esencia, o los universales.
Guillermo de Ockham y la crisis de la escolástica
Se desconoce la fecha exacta del nacimiento de Guillermo de Ockham, (escrito también Occam), que se situa, según lo que se puede deducir partiendo de los pocos acontecimientos que conocemos de su vida, entre los años 1280, como pronto, y 1300, como muy tarde. Según unos nació en el lugar llamado Ockham, en el condado de Surrey, al sur de Londres, mientras que otros consideran que Ockham era simplemente su apellido. Se sabe que ingresó muy joven en la orden mendicante de los franciscanos, y que realizó sus estudios en Oxford, debiendo alcanzar el grado de bachiller en los años 1316-20; según unos, alcanzó también el grado de "magister", llegando a enseñar lógica y teología en las escuelas franciscanas (en París, precisan algunos) hasta el año 1323, en que fue convocado a Aviñon por la corte pontificia, acusado de herejía. Otros, sin embargo, afirman que no consiguió el grado de magister y que jamás se dedicó a la enseñanza, sino que continuó sus estudios en el ámbito de las preocupaciones filosófico-teológicas de la orden franciscana, de donde proceden sus primeros escritos polémicos y críticos sobre tales cuestiones. Todos, sin embargo, están de acuerdo en que fue discípulo de Duns Scoto (natural de Edimburgo, estudió en las universidades de Oxford y París, en las que fue también profesor de teología; fue trasladado, al parecer por motivos políticos, al estudio franciscano de Colonia, donde moriría en 1308), lo que implica retrasar casi al máximo la fecha de nacimiento de Ockham.
En el año 1323, J. Lutterrell, canciller de la universidad de Oxford, que había acusado a Ockham de herejía, consigue que el papa Juan XXII convoque a éste a la corte papal, entonces en Aviñón, para someterle al interrogatorio pertinente acerca de significado de sus tesis, con el fin de juzgar su ortodoxia o heterodoxia. Durante varios años, en los que permanece como prisionero de la corte, se trata el asunto, que parece terminar con una sentencia benévola por parte del papa, sentencia que no satisface los deseos de Lutterrell. Los acontecimientos políticos que tuvieron lugar entonces, entre el excomulgado emperador Luis de Baviera y el papa Juan XXII a raíz de la disputa sobre la prevalencia del poder terrenal o del poder espiritual, provoca la intervención de Guillermo de Occam en la disputa, la misma que los franciscanos mantenían ya con el papado al respecto. En 1327 es encargado por el general de la orden, Miguel de Cesena, que había acudido a Aviñón, de analizar las tesis pontificias sobre el tema; viéndose amenazados ambos por los defensores de las tesis papistas abandonan Aviñón y se refugian primero en Italia y luego, en 1328, bajo la protección de Luis de Baviera, siendo también ambos excomulgados. Tras la muerte de Luis de Baviera, en 1347, y habiendo continuado su polémica con los papas Benedicto XII y Clemente VI, tuvieron lugar algunos contactos para facilitar la sumisión de Ockham al papa Clemente VI, sin que haya constancia de que la hubiera, o no, firmado. En 1349 muere en Munich, al parecer a causa de la peste negra.
La presencia de Ockham en Aviñón marca un antes y un después en el conjunto de su obra que queda así dividida en torno a dos períodos; el primero, anterior a su estancia en Aviñón, está dominado por preocupaciones filosófico-teológicas; el segundo, que comienza con su huída de Aviñón, por reflexiones filosófico-políticas. Pertenecen al primer período los "Comentarios" a las Sentencias de Pedro Lombardo, cuyo contenido le valió la antipatía y persecución de Luterrell, y el ser acusado de herejía. También la "Expositio super octo libros physicorum" y la "Summa totius logicae" fueron escritas antes de 1327, sobre filosofía natural el primero y sobre lógica el segundo. Entre las obras teológicas cabe destacar los "Quodlibeta VII", con el tratamiento de cuestiones como la unicidad de Dios, la posibilidad o no, defendida por Sto. Tomás, de que el alma sea la forma del cuerpo, la posibilidad de demostrar la existencia de Dios, etc... en consonancia con las posiciones mantenidas en los Comentarios.
Al segundo período pertenecen su obras de polémica filosófica-política, centradas en torno a la discusión de la prevalencia del poder terrenal o espiritual, entre las que cabe destacar el "Compendium errorum Ioannis papae XXII" y el "Dialogus inter magistrum et discipulum de imperatorum et pontificum potestate", a la que se considera la principal obra de este período escrita por
Ockham. Razón y fe
La posición que adoptará Occam respecto al tema de la relación entre la razón y la fe supondrá no ya la distinción entre ambas y la concesión a cada una de un espacio particular de aplicación, como había defendido santo Tomás, sino su radical distinción e independencia. La razón no está ya al servicio de la fe, ni la fe necesita de la razón para esclarecer sus propios dictados. La fe depende estrictamente de la revelación, por lo que la razón no tiene nada que decir, no tiene nada que añadir ni quitar, nada que aclarar a la palabra divina. La razón, por su parte, siendo una facultad otorgada por Dios al hombre, para ordenarse en este mundo, no tiene nada que tomar de la fe: ha de recurrir a las otras facultades naturales y, exclusivamente con ellas, obtener los conocimientos necesarios para la vida más perfecta posible del hombre. La distinción entre la razón y la fe se convierte, por lo tanto, en separación, y aún en oposición, entre ambas, lo que conducirá a Occam a una posición mística y "anti-teológica" en los temas de la fe (el voluntarismo, caracterizado por la afirmación de la preeminencia de la voluntad sobre el entendimiento), y a una posición radicalmente empirista en lo concerniente a los temas de la razón. La autonomía de la razón con respecto a la fe proclamada por santo Tomás se convierte en una independencia absoluta, lo que tiene importantes consecuencias en el campo filosófico y teológico en el que se moverá Occam.
El análisis del conocimientoSi San Agustín había explicado el tema del conocimiento con la doctrina de la iluminación, de inspiración platónica, santo Tomás lo había hecho con la teoría de la abstracción, de raíz aristotélica. En ambos casos el conocimiento representa el conocimiento de la esencia, dejando al margen la individualidad y particularidad del objeto conocido. Occam se opondrá a ambas explicaciones, rechazando la posibilidad de conocer directamente las esencias tanto como la posibilidad de un conocimiento abstractivo, ofreciéndonos una explicación basada en la intuición sensible, que nos permite entrar en contacto directamente con la realidad individual y concreta, postura conocida con el nombre de nominalismo.
¿Conocemos directamente, pues, la realidad individual o conocemos sólo las esencias universales? La intuición no es, para Occam, la captación directa por parte del sujeto de una esencia, de una idea de tipo platónico, sino la relación directa del sujeto que conoce con el objeto conocido, con la cosa. En este sentido, el conocimiento es algo que se ofrece de modo directo e inmediato al individuo (no el resultado de una abstracción, de una elaboración del entendimiento que culmina en un concepto); es algo, por lo tanto, presente, que queda garantizado por la inmediatez, por la presencia de la cosa que es la causa inmediata de dicho conocimiento, por el que se afirma en consecuencia la existencia de la cosa y del que dependen también las relaciones entre las cosas. El conocimiento abstractivo no es posible, porque lo universal no es real, no es algo que esté presente. Los conceptos los formamos espontáneamente en el entendimiento, no a través del proceso abstractivo descrito por Aristóteles y por santo Tomás. ¿Qué son los conceptos? No pueden representar unas esencias que no tienen presencia ni existencia real: no son más que signos de carácter lingüístico que se forman a partir de la experiencia, por generalización. Distingue Occam dos tipos de signos: los naturales y los convencionales. Son signos naturales los concebidos por la mente y, en este sentido, pueden ser llamados palabras mentales. Los signos convencionales puede ser de dos clases: proferidos y escritos, es decir pertenecientes al lenguaje hablado o al lenguaje escrito. La función de los signos es hacer las veces de las cosas que significan en el discurso, sustituirlas. En ningún momento representar esencias inexistentes.
El rechazo de la explicación tomista del conocimiento (por vía de la abstracción, siguiendo a Aristóteles) va asociado a la modificación de los presupuestos lógicos que se pueden aceptar en el discurso filosófico, y a la elaboración de algunas propuestas metodológicas, entre las que se suele destacar el principio de economía, también conocido como la "navaja de Ockham", que supone el rechazo de lo superfluo, de lo que no aparezca de modo inmediato a la intuición sensible, y la exigencia de simplicidad en la explicación de los sucesos reales, y cuya formulación tradicional se presenta del modo siguiente: "no hay que multiplicar los entes sin necesidad" (entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem).

Lecciones sobre Guillermo de Ockham.
Felipe Giménez. Profesor de filosofía de IES.

1. La gnoseología.
Guillermo de Ockham (1300-1350) no reconoce como válido y apodíctico más que un solo género de demostración. Probar una proposición consiste en mostrar, bien que es inmediatamente evidente, bien que se deduce necesariamente de una proposición inmediatamente evidente. Ahora bien, la evidencia es un atributo del conocimiento completamente distinto de la ciencia o de la intelección, o de la sabiduría; porque éstas versan únicamente sobre relaciones de ideas, e incluso cuando establece entre las ideas relaciones necesarias, en manera alguna nos garantiza que las cosas reales guarden relación de adecuación con el orden de las ideas. Una evidencia que recae directamente sobre universales sólo puede ser evidencia de conexiones entre nociones, en ningún caso evidencia de que haya realmente algo que corresponda a esas nociones. Si se quiere una proposición que garantice a la vez su verdad y la realidad de lo que afirma, se precisa una evidencia inmediata, no ya simplemente abstracta, sino intuitiva. En otras palabras: sólo el conocimiento "intuitivo" (esto es: "experimental") nos da noticia de la existencia de alguna cosa; y el conocimiento intuitivo o experimental versa siempre sobre cosas individuales y concretas. Es el único que nos permite llegar a los hechos:
En oposición al conocimiento intuitivo, el conocimiento abstracto no nos permite saber si una cosa que existe, existe, o si una cosa que no existe no existe.
Que hay tal o cual ente es una afirmación que no podemos sacar jamás de otra parte que de la experiencia.
"El conocimiento intuitivo es aquel en virtud del cual sabemos que una cosa es, cuando es, y que no es, cuando no es."
Así, el conocimiento sensible es el único cierto, cuando se trata de alcanzar las existencias. No es lícito racionalmente aceptar más entidades que aquellas que se dan en una experiencia concreta o aquellas cuya admisión es absolutamente necesaria en virtud de una experiencia concreta. El conocimiento intuitivo, tal como lo definimos, es, por tanto, el punto de partida del conocimiento experimental: "illa notitia est intuitiva a qua incipit experimentalis notitia;" mejor aún, es el mismo conocimiento experimental, y es el que nos permite formular seguidamente, en virtud de una generalización del conocimiento particular, esas proposiciones universales que constituyen los principios del arte y de la ciencia. "Perfecta cognitio intuitiva est illa de qua dicendum est quod est cognitio experimentalis, et ista cognitio est causa propositionis universalis quae est principium artis et scientiae."
2. El nominalismo.
No hay más realidad que lo particular. Las únicas substancias son las cosas individuales y sus propiedades. Todo aquello cuya existencia pueda ser afirmada es una cosa individual: "omnis res positiva extra animam eo ipso est singularis." Ockham es absolutamente radical en negar cualquier tipo de realidad al universal.
Toda doctrina que piense que el universal es, por la razón que sea, distinto del singular, rinde culto al realismo; lo hacen incluso aquellas doctrinas que no es costumbre colocar bajo esa bandera. Ockham piensa que el universal no puede ser una cosa fuera del alma. Lo universal existe en el alma del sujeto cognoscente y sólo allí. Hay que pregutarse en qué medida es posible atribuirle una existenca en el pensamiento; pero se debe establecer, de hecho, que no tiene ninguna existencia fuera del pensamiento. El universal tampoco puede diferenciarse del individuo, único dotado de existencia.
Efectivamente, de cualquier modo que se pretenda concebir un universal realizado en cosas, se viene a parar al mismo absurdo: o bien ese universal es uno, y entonces no se comprende cómo puede hacerse desmenuzado y multiplicado en las cosas, o bien está multiplicado en las cosas particulares, en cuyo caso no se comprende cómo puede ser uno. El esfuerzo de crítica más interesante es el que dirige contra el realismo de Duns Escoto. Este filósofo atribuía al universal cierta unidad, la de la esencia o naturaleza común de Avicena, suficiente para explicar el grado de unidad de las especies y de los géneros, pero inferior a la unidad numérica de los seres particulares. La unidad del universal, según Duns Escoto, era la de un grupo, fundada a la vez en la colectividad y en cada uno de los individuos que la constituyen. El escotismo sustituye al universal-cosa por la naturaleza común, indiferente tanto a la singularidad como a la universalidad, dotada de una unidad menor que la unidad numérica, propia del individuo, del que aquella naturaleza no se diferenciaría realmente sino formalmente. Pero de este modo no se sale del realismo. Ockham no acepta en modo alguno esta tesis escotista; para él no hay más unidad que la unidad numérica del individuo, y todo lo que sólo tiene una unidad inferior a la unidad numérica no puede tener ninguna clase de unidad. Por no tener verdadera unidad, estas naturalezas comunes que se imaginan están, pues, verdaderamente desprovistas de realidad. No se puede suponer en el individuo un más o menos indiferente, un más o menos uno.
La "no-identidad formal" de Escoto, como cualquier otra forma de distinción, ofrece un contenido a proposiciones contradictorias: A es idéntica a B, A no es idéntica a B; pero no hay grados en la contradicción, no esposible mantener juntas la identidad y la contradicción; la forma lógica, "que vale e cualquier materia", establece la misma diferencia entre ser a y no ser a que entre ser y no ser: cualquier distinción se remite, por tanto, a la distinción real, dígase lo que se diga. Tampoco se puede admitir la "distinción de razón" tomista entre lo individual y lo universal, que aquí estaría en potencia y que el entendimiento extraería; esa potencialidad no suprime la contradicción entre la posibilidad y la imposibilidad de ser atribuido a varios sujetos; la posibilidad define al universal, el individuo no admite más que la imposibilidad: el individuo no puede admitir en sí la universalidad, ni siquiera en estado de posible. No se da, pues, un medio entre la concepción occamista del universal y todas las demás concepciones, las cuales no son, en última instancia, más que aspectos del realismo.
Frente a todas estas especulaciones hay un principio muy claro, al cual hay que atenerse: "el universal es, por naturaleza, signo de una pluralidad" (universale natum est esse signum plurium); el signo puede ser signo natural o signo establecido: entonces es la palabra a propósito de la cual Ockham vuelve a una distinción hecha ya por Pedro Abelardo (1079-1142) (con éste había coincidido ya en varios puntos de su crítica al realismo): en sí la palabra es singular, es una cosa; pero puede ser universal por la significación, por su aptitud para ser predicado. Las proposiciones son como el tejido mismo del saber. Las proposiciones se componen de términos (pensados, hablados, escritos), que son los universales. Los universales son los términos de la proposición, que "ocupan el lugar de las cosas" -supponunt pro rebus-; de aquí procede el nombre de "terminismo", dado a la filosofía de Ockham y de sus discípulos. La función del término, que consiste en hacer las veces del objeto se llama suppositio. Hay tres clases de suppositio. En un primer caso, el término significa la palabra misma que lo constituye; por ejemplo: hombre es una palabra; aquí "hombre" ocupa el lugar de la palabra "hombre" considerada en su materialidad misma; se da a esta suposición el nombre de suppositio materialis. En un segundo caso, el término significa individuos reales; por ejemplo: el hombre corre; aquí no es la palabra "hombre" quien corre, sino un hombre, una persona; esta suposición se denomina suppositio personalis. En un tercer caso, el término significa algo común; ejemplo: el hombre es una especie; aquí, "hombre" no significa un individuo, sino "simplemente" una comunidad; por eso se llama a esta suposición suppositio simplex.
3. La ontología nominalista. La realidad del universal.
¿Qué designa un término exactamente cuando se emplea en suppositio simplex? Aquí, como en todo, Ockham insiste en su principio de "no multiplicar los entes sin necesidad": Non sunt multiplicanda entia sine necessitate. Lo único que se da "con necesidad" es: a) que sólo lo individual existe, b) que los individuos pueden ser clasificados, por la mente y para la mente, en géneros y especies. En cuanto a la existencia que los universales pueden tener en el alma, también hay que tener mucho cuidado de no "realizarlos". "Su ser es ser conocido". "El universal no existe como sujeto ni en el alma ni fuera del alma, tiene únicamente un ser de objeto (esse obiectivum) en el alma, y esto es una ficción (fictum)". Si se prefiere, puede admitirse que el universal es una cualidad del alma, que asimilamos a la intelección misma o en la que vemos su resultado. En este caso se puede conceder que existe como un sujeto (subiective), y que es una cualidad.
En esta perspectiva ontológica hay que situar la negación de que la relación sea real: si lo fuera, se diferenciaría del sujeto que la soporta, de modo que Dios podría crearla aparte y conferir la paternidad, por ejemplo, a quien jamás hubiera engendrado, lo cual es contradictorio; sólo existen las sustancias y las cualidades. También rechaza Ockham la distinción entre esencia y existencia.
El término universal que designa la especie o el género designa sin duda algo, y designa algo que, como tal especie o tal género, no existe en la realidad, porque es cosa de la mente, que es conocimiento. Pero ¿es conocimiento de algo común a los distintos individuos que "pertenecen" a esa especie o género? No; sigue siendo conocimiento de los individuos mismos, sólo que conocimiento menos distinto, más confuso. Si Pedro y Pablo son hombres, no es porque haya una "esencia" hombre, común a Pedro y Pablo, que el entendimiento pueda concebir separadamente (aun admitiendo que no sea en sí misma nada real); lo que el entendimiento percibe es Pedro y Pablo, los individuos mismos, sólo que el conocimiento puede ser más distinto o más confuso y, a determinado nivel de distinción del conocimiento, Pedro y Pablo no se distinguen entre sí, mientras que -al mismo nivel- sí se distinguen de un perro (que por eso, no pertenece a la misma especie), con el cual, sin embargo, se confunden en un grado inferior de distinción del conocimiento (y, por eso, pertenecen al mismo género); naturalmente, esto ocurre en virtud de lo que Pedro es y de lo que Pablo es, pero precisamente en virtud de lo que es cada no de ellos individualmente, no en virtud de algo "común" que sea a la vez en Pedro y Pablo.
Nada es universal para Ockham. El nombre, conjunto de sonidos, es también una cosa concreta; y, si la palabra "hombre", pronunciada por distintas voces y con distintos matices, sigue siendo "la misma palabra", es por lo mismo por lo que Pedro y Pablo pertenecen a "la misma" especie, a saber: porque no distinguimos lo suficiente, sea porque no podemos, sea porque no nos interesa. ¿Puede decirse que lo universal es el concepto de la mente designado por la palabra?; no, porque eso sería admitir que la mente concibe realmente algo común a Pedro y Pablo, y los demás hombres; sería, por lo tanto, admitir una "esencia" -aunque fuese una esencia puramente mental- designada por la palabra; y lo cierto -para Ockham- es que la mente no percibe otra cosa que los individuos mismos, si bien los percibe de un modo más o menos distinto o confuso. "Hombre" no designa una esencia común a Pedro y Pablo; designa a Pedro conocido de modo suficientemente confuso para que no se distinga de Pablo, y a Pablo conocido de modo suficientemente confuso para que no se distinga de Pedro.
4. Más sobre el conocimiento. La ciencia.
Pasemos a la situación, extremadamente simple, que fundamenta el conocimiento. Las cosas están presentes en el entendimiento; de ahí nace el concepto, por "una operación secreta de la naturaleza" (natura occulte operatur in universalibus), la cual forma en el alma un "nombre mental" cuya función es ocupar el lugar (supponere pro) de la cosa exterior, que no es un signo; estos nombres mentales o "intenciones primeras" pueden ser significados a su vez por otros conceptos o "intenciones segundas". El concepto es "una palabra que no pertenece a ninguna lengua" (verbum nullius linguae). Su formación no requiere la operación ni, por tanto, la existencia de un entendimiento agente, puesto que el universal no tiene ninguna realidad en las cosas, no es extraído de ellas; hablar de un entendimiento agente es decir simplemente que el alma conoce la cosa.
¿Puede haber un conocimiento científico de un universo que está pendiente de la iniciativa de la voluntad divina, la cual siempre puede sustituir en principio la acción de las causas segundas? Hay un orden de cosas que se puede perfectamente observar y describir. La ciencia se presenta como un conjunto de proposiciones: "toda ciencia...se halla sólo compuesta de proposiciones como lo que es conocido, pues sólo las proposiciones son conocidas"; y éstas se componen, o bien de palabras o escritos, o bien de conceptos. El paralelismo emtre las proposiciones habladas, escritas o concebidas es riguroso.
A los tres tipos de suposición antes mencionados corresponden tres tipos de ciencias: ciencia real, "cuando las partes de la proposición ocupan el lugar de las cosas de fuera" (pero esto no quiere decir, recordémoslo, que sean esas cosas las que son conocidas: solamente lo son las proposiciones; la ciencia real es ciencia de "intenciones que ocupan el lugar de las cosas"); cuando las partes de las proposiciones "ocupan el lugar de los conceptos mentales" o "de las mismas palabras", tenemos respectivamente, ciencia racional o lógica y ciencia gramatical. Por último, el conocimiento de un enunciado se llama "conocimiento complejo"; el "conocimiento incomplejo" tiene por objeto un término, o la cosa que ese término significa; de este modo, para aplicar esto a conceptos podemos tener (según el orden habitual de las cosas) dos conocimientos incomplejos diferentes de Sócrates: intuitivo, si está presente; y abstractivo si está ausente.
La ciencia es cierta:
"Las conclusiones de la ciencia, en cualquier ciencia, son necesarias, perpetuas, incorruptibles. Es decir, jamás pueden ser falseadas; siempre son verdaderas, una vez formadas".
Esto se debe a que "la ciencia nace de la evidencia de la cosa". Los individuos son objeto del conocimiento intuitivo. El conocimiento abstractivo, porque hace abstracción de la contingencia, permite alcanzar las relaciones necesarias. Las incompatibilidades formales, estructurales, no son afectadas por la existencia o la inexistencia; y como es la cosa misma la que se ofrece al conocimiento abstractivo, se comprende que éste sirva para una ciencia cierta.
¿Qué significan las proposiciones de la ciencia natural? ¿De qué modo concibe Ockham la causalidad y cómo justifica la inducción?
Decir que un objeto es causa de otro es decir que la presencia del segundo sigue a la del primero: pura constatación empírica y que no recae sobre una relación real, ya que tales relaciones no existen. No hay nada que se deba buscar fuera de las cosas, una de las cuales es llamada causa y la otra efecto; y, por otra parte, "el orden y la dependencia" que se da entre ellas no pueden ser previstos en modo alguno antes de la experiencia:
"El conocimiento incomplejo de una cosa no contiene el conocimiento incomplejo de otra...Por muy perfectamente que se conozca una cosa, jamás se podrá formular un pensamiento simple y propio de otra que antes no hubiera sido captada por el sentido o por el intelecto."
Fórmulas que podrían ser aprobadas por Hume (1711-1776), como sin duda se habrá observado. Cada experiencia correctamente observada nos proporciona la experiencia de un caso singular (experimentum de singulari): de este modo se produce la inducción. Todos los individuos o agentes de la misma especie tienen idénticos efectos. Por eso, al menos de derecho, una única observación bien hecha autoriza a enunciar una ley válida para toda la especie a la que el agente estudiado pertenece. De hecho, en muchos casos es necesario proceder a varias experiencias, ya que un mismo efecto puede tener causas específicamente diferentes. Normalmente es necesario repetir las experiencias tantas veces cuantas sean las especies contenidas en el género común a todas esas causas posibles; pero son necesarias menos, si varias de esas especies tienen en común una misma propiedad susceptible de ser la causa del efecto considerado.
Ockham concibió perfectamente los principios del método experimental. No obstante, Ockham reserva siempre todos los derechos a la omnipotencia divina: no se puede demostrar con todo rigor que una cosa sea causa, pues no se puede demostrar que un efecto sea puesto por una causa segunda; en sí, la inducción es una "consecuencia formal", y, por tanto, necesaria; pero cada caso particular se ve afectado por una contingencia radical, como todo lo que existe.
5. La crítica de Ockham a la metafísica.
Ockham se niega a admitir como evidente otra cosa que aquello que o bien es dado en la experiencia o bien es exigido necesariamente por los datos de la experiencia. La aplicación radical de este principio lleva a Ockham a una crítica de la metafísica racional, incluyendo en ésta tanto la teología racional como la psicología racional y la moral racional. Ockham no encuentra ni una sola de esas demostraciones que le parezca concluyente; el esquema general de su crítica es el siguiente:
Ockham admite como evidente no sólo lo que es inmediatamente experimentado, sino también todo aquello que se deduce necesariamente de ello; pero no aquello que se deduce por aplicación -incluso por aplicación a conocimientos experimentales- de principios que se consideran evidentes sin que puedan ser comprobados por la experiencia. Ahora bien, es cierto que todas las demostraciones de la metafísica escolástica aplican principios de esta índole; por lo tanto, no le será muy difícil a Ockham encontrar en cada una de ellas algún paso que no será verdaderamente demostrativo.
Ockham, pues, no considera demostrable racionalmente ni la existencia de Dios, ni los atributos de Dios, ni la inmortalidad del alma, ni nada de esa índole. La intención fundamental, consciente y decidida de Ockham es liberar a la teología del aparato filosófico-escolar que la aprisionaba declarando simplemente inconsistente este aparato.
6. La teología de Ockham.
El postulado fundamental de la teología de Ockham es un interpretación radical del primer artículo del Credo cristiano: Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem. La posibilidad de formular principios necesarios y de apoyar en ellos demostraciones apodícticas supone que las cosas no sólo son de hecho tal como dicen esos principios y demuestran esas demostraciones (porque sobre puros hechos sólo puede informarnos la experiencia), sino que tienen que ser así; y, si admitimos esto, estamos restringiendo la omnipotencia de Dios. Si Dios es absolutamente omnipotente, carece de sentido especular sobre cómo tienen que ser sus obras; todo es como Dios quiere, y Dios quiere lo que él quiere.
La misma doctrina de Ockham sobre los universales respondía a un principio teológico: la absoluta contingencia de todo, esto es: la absoluta libertad de Dios. En efecto: la esencia es la determinación, la ley necesaria para la cosa, aquello por lo cual un caballo no puede tener entendimiento, ni una piedra hablar. Si hay esencias, hay una articulación racional del mundo por encima de la cual no es posible saltar. Y es preciso que nada sea absolutamente imposible, porque Dios lo puede todo. Por tanto, es preciso que, en términos absolutos, no haya esencias.
Puesto que de cosas suprasensibles (=metafísicas) no es posible experiencia alguna, todo lo que podamos decir de esas cosas procede exclusivamente de la fe. Es la afirmación de la autonomía de la fe. La fe -que contiene en sí todas las verdades necesarias para la salvación- no tiene nada que esperar de andamiajes metafísico-racionales; debe atenerse a la Revelación y a nada más.

23 comentarios:

Carolina dijo...

Delxy Parima C. I 12881378
Educación Integral 2do semestre seccion 3
Las conclusiones de la ciencia, en cualquier ciencia, son necesarias, perpetuas,e incorruptibles. Es decir, jamás pueden ser falseadas; siempre son verdaderas, una vez formadas".
Esto se debe a que "la ciencia nace de la evidencia de la cosa". Los individuos son objeto del conocimiento intuitivo. El conocimiento abstractivo, porque hace abstracción de la contingencia, permite alcanzar las relaciones necesarias. Las incompatibilidades formales, estructurales, no son afectadas por la existencia o la inexistencia; y como es la cosa misma la que se ofrece al conocimiento abstractivo, se comprende que éste sirva para una ciencia cierta.
Este es uno de los articulos más relevantes que habla de la importancia de la ciencia y todas las disciplinas que se relacionan con ella.

Juana Acevedo dijo...

Juana Acevedo. C:I.- 6131951
Educación Integral. 2do Semestre.
Sección 3. Nocturno
Habla de lo real y lo verdadero, ya que el mundo inteligible es el mundo de la razón, y el mundo sensible es sólo provisionalmente real, como cuando habla del río en muchas formas pero sigue siendo río… De acuerdo con la fe no esta a servicio con la razón ni lo contrario, con la fe depende de las revelaciones por lo cual la razón no tiene nada que decir ya que es la palabra divina, en cambio la razón es una facultad otorgada por Dios al hombre, obtener los conocimientos necesario para llevar una vida perfecta en lo posible. En el conocimiento abstractivo, porque hace abstracción de riesgo, permite alcanzar las uniones necesarias. Las incompatibilidades formales, estructurales, no son afectadas por la existencia o la inexistencia, al conocimiento abstractivo, se comprende que éste sirva en una ciencia cierta. En el conocimiento intuitivo es aquel en virtud del cual sabemos que una cosa es, cuando es, y que no es, cuando no es." Así, el conocimiento sensible es el único cierto, cuando se trata de alcanzar las existencias. Esta lectura habla como diferentes autores ven la ciencia de cada punto de vista de ellos su importancia y aspectos más relevantes

Anónimo dijo...

Este problema nos lleva a la refexion del pensamiento,donde nos explica un nido de problemas algunos caen en el are de la psicologia cognitiva.
Nos habla de lo real y lo verdadero donde se tiene el mundo inteligible que es el mundo de la razon.
El mundo sensible donde nos dice que es solo provisionalmente real.
El conocimiento sensible es el unico cierto cuando se trata de alcanzar las existencias.
Aristoteles era mucho mas insistente que Heraclito como platon sobre conocer el mundo sensible.
Esto se debe a que la ciencia nace de la evidencia de las cosas.

Rosanna Campos C.I.13.288.419
Educacion Integral II Semestre
Seccin #3

Donovan Di Nunzio dijo...

En términos generales se puede decir que “universal” se opone a “particular” como lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en oposición a los particulares, entidades concretas y singulares. Así, si digo, “ALBERTO es hombre”, ALBERTO sería el particular, concreto, individuo, y “hombre” el universal, abstractO. el concepto, o la idea, la esencia de una cosa, sería captar el universal de la realidad concreta. En el enunciado anterior “ALBERTO es hombre”, ”hombre”, aplicado a ALBERTO significa que el individuo se realiza la idea, la esencia (aquello que hace que algo sea lo que es y no otra cosa), “el universal esencia-hombre”. Esta esencia-universal se aplica a ALBERTO de la misma manera que a Juan, a PEDRO o a Maquiavelo. De aquí la definición clásica de lo universal en la filosofía escolástica (de la que partirá también Ockam, aunque la criticará y modificará substancialmente). Universal es “aquello que se predica como común a todos y de cada uno (de los individuos de una totalidad, bien sea esta de ámbito absoluto, como por ejemplo el ser, o de ámbito más reducido, como el hombre, el animal, etc.). A diferencia de lo general, lo universal se refiere a una cosa muy definida y precisa que no puede faltar de ninguna manera en todos y cada uno de los individuos en la totalidad expresada por el concepto. Como problema, ha preocupado a la Metafísica y en especial a una parte de ella: “ontología” (estudio o tratado del ser y la realidad). La cuestión era determinar qué clase de seres, de entidades, son los universales, qué realidad tienen, cuál es su forma peculiar de existencia. Por eso decimos que es un problema fundamentalmente ontológico, pero ha tenido y tiene importantes consecuencias para la lógica, la teoría del conocimiento y la teología (como es el caso de la filosofía escolástica). Los orígenes de este problema hay que buscarlos ya que Platón, en su teoría de las ideas, aunque es en la Edad Media donde tuvo una mayor fuerza y vigencia, hasta tal punto que se puede afirmar que toda la metafísica de esta época tiene su raíz en la solución a este problema y que la crítica y el desmonte que Ockam hace de la Metafísica anterior arranca de la innovadora dirección que este filósofo da a la cuestión de los universales. Platón habla de dos mundos: el mundo de las cosas y el mundo de las ideas. La existencia de éste es previa y anterior, de tal manera que aquel existe gracias a éste; las cosas (lo particular), es reflejo de las ideas (lo universal). La idea de belleza, de bien, de justicia, de hombre, de animal, existe como tal en ese mundo de ideas; los individuos, los seres particulares realizan estas ideas, son copias imperfectas de ellas. La existencia de aquellas es condición metafísica para que estas puedan existir. Esta forma de concebir la realidad es la base y el origen del llamado realismo exagerado, una de las soluciones adoptadas para el problema de los universales. La razón de llamarlo así es clara: se debe a que según esta posición los universales existen realmente incluso con una realidad mayor que las entidades concretas, puesto que éstas son copias imperfectas de aquéllas (de hecho Platón afirmaba que el mundo de las cosas era falso, mientras que el mundo ideal es verdadero). Aristóteles introduce un nuevo concepto de realidad. Critica la concepción platónica de las ideas afirmando que el verdadero ser, la auténtica existencia, se encuentra no en lo universal, sino en lo individual. El ser concreto, las cosas, son los auténticos seres reales. ¿Qué ha pasado con el universal? Pues que según él, forma parte inmanente de los seres, constituye la esencia (aquello que hace que la cosa concreta sea lo que es) y es captable por el entendimiento. En el ejemplo anterior, lo que existe realmente es Alberto; pero cuando pregunto por Alberto digo que Alberto es hombre. Es decir, recurro a lo general para entender lo particular; esto lo captan los sentidos, aquello, a parir de los datos de los sentidos, lo capta el entendimiento: captar el universal es la posibilidad y tarea propia del entendimiento como resultado de un proceso cognoscitivo, la abstracción. Este es el origen y la base de otra corriente de solución: realismo moderado: los universales existen, pero no separados de los individuos, sino en cuanto formas configuradoras del ser de las cosas (formas substanciales); tienen pues su fundamento en las cosas, existen en las cosas como inmanentes a ellas aunque no identificados con cada una, sino con la esencia común a todos los seres de la misma especie. Esta solución será la adoptada por Santo Tomás, apoyándose en Aristóteles. La cuestión de los universales preocupó especialmente en la Edad Media, y por eso se suele afirmar que como problema explícito nace en esa época. Parece que el problema arrancó de la formalicen que hace Bocio (480-525, filósofo latino nacido en Roma a través de quién comenzó a introducirse el pensamiento de Aristóteles en Occidente) al traducir la “Isagogé” de Porfirio (filósofo de origen sirio, discípulo del neoplatónico Plotino). En esta obra es en la que por primera vez se alude explícitamente a este problema: “No intentaré nunca enunciar si los géneros y las especies existen por sí mismos o en la nuda inteligencia, ni, en caso de subsistir, si son corporales o incorporales, ni si existen separados de los objetos sensibles o en estos objetos, formando parte de los mismos”
Muchos autores medievales abordaron este problema tal como aquí lo plantea Porfirio en la traducción de Boecio y generalmente dieron soluciones en línea con las posiciones platónicas o aristotélica respecto de las ideas. Como elemento importante añadido al interés en el tratamiento medieval del tema, hay que mencionar la conocida distinción entre esencia y existencia, desconocida en el mundo griego, consecuencia de la doctrina cristiana de la creación, como ya sabemos. Esta distinción ayudaba a poner el acento en las esencias, en lo universal como diferente de la existencia, de lo individual concreto. Por otra parte, esta misma doctrina de la creación da origen a una nueva suerte de realismo realismo agustiniano que situaba las ideas platónicas en Dios, identificadas con El, y que cumplían la función de servirle como modelo al crear las cosas; de ahí el nombre de ideas ejemplares. Estas ideas eran los arquetipos en la mente de Dios.

leandyluigi@hotmail.com dijo...

Cuando hablamos de universales podemos entender que no es mas
que nombres comunes usados no para nombrar a una entidad singular, sino para nombrarlos de un modo universal .por ejemplo
¨La palabra ‘Hugo’ es un nombre propio. Se supone que mediante este nombre nos referimos a una persona determinada, a una entidad concreta y singular cuyo nombre es ‘Hugo’. De la entidad concreta y singular, o de la persona, cuyo nombre es ‘Hugo’ podemos decir que es un hombre, que es alto, que es pelirrojo.
Los términos ‘hombre’, ‘alto’, ‘pelirrojo’ son usados para calificar a Hugo. Son nombres comunes usados no para nombrar a una entidad singular, sino de un modo universal. ‘Hombre’, ‘alto’, ‘pelirrojo’ son nombres llamados ‘universales’.
Tradicionalmente, los universales fueron llamados “nociones genéricas”, “ideas” y “entidades abstractas”.
El Nominalismo tambien es un movimiento filosófico va unido desde sus comienzos en la Historia de la Filosofía a la polémica en torno a los universales.
El movimiento nominalista sostiene se trata, simplemente, de nomina (nombres) o voces, que utilizamos para designar a grupos de individuos.
Como todo movimiento doctrinal, posee esencias o posturas individuales muy caracterizadas. Cuando se habla de nominalismo, se puede mencionar a uno de sus representantes Roscelino de Compiègne y a Guillermo de Ockham
Es importante mencionar que el primer personaje dedicado a este movimiento El creador del problema de los universales fue Platón, Aristóteles su continuador y posteriormente en la Edad Media San Agustín, lo vuelve a traer a la luz , pero quien lo puso de moda fue Boecio ,estos a su vez se encuentran cuestionados frente a un grupo de individuos con diferentes esencias propias, individuos que, a pesar de
sus diferencias, tienen semejanzas entre sí en cuanto al movimiento
En resumen se puede decir que El nominalismo consistió en afirmar que un universal – como una especie o un género es un sonido de la voz. Los universales son simplemente nomina, nombres, voces, vocablos, o términos.
El nominalismo mantiene que sólo tienen existencia real los individuos o las entidades particulares.y por ultimo como lo mencionan en un ensayo ¨¨Las posiciones filosóficas de Roscelino expresan la mayor parte de los rasgos del nominalismo. Entre estos destacan: a) la noción de universal como sonido de la voz; b) la noción de que sólo son reales los entes particulares, y c) la noción de que una cualidad no es separable de la cosa de la cual se dice que “tiene” esta cualidad.¨¨

Marisela Mercado dijo...

El problema de los universales se puede distinguir:
1. DEBATE INICIAL DEL PROBLEMA
Desarrollado por:
a) Aristòteles que aporta una solución ambigua
b) Porfirio: centra el problema ontológico
c) Boecio: el universal es un concepto formal de la naturaleza

2. PLANTAMIENTO CENTRAL DEL PROBLEMA S.XII
Representado por:
a) Roscelino de Compiegne: el universal es una palabra que refiere directamente a cosas individuales.
b) Pedro Abelardo: el universal es una palabra asociada a una imagen metal que refiere a sujetos particulares.

3. ALTERACIÓN DEL PLATAMIENTO S. XIII
Representado por:
a) Alberto Magno: los universales son reales que unidos en inteligencia divina (universal ante rem) fluyen a inteligencias segundas, se insertan en la materia (universal In re)
b) Tomàs de Aquino: el universal es
• Ante rem: presente en el intelecto divino
• In re: es potencial
4) NOMINALISMO S. XIV
Desarrollado por:
a) Guillermo de Ockam: vuelve al plamamiento del S. XII niega el In re, el universal es un concepto metal.
MArisela Mercado
C.I 12414692

Anónimo dijo...

Se debía existir un universo externo al YO un universo no opaco a las facultades cognoscitivas del hombre donde podemos dudar de todo de lo que percibimos pero
De una cosa no podemos dudar de que estoy , dudando y si estoy dudando es que pienso y si pienso es que existo.
Para Aristóteles creyó que solamente existía un mundo el real consideraba la naturaleza como algo sagrado , en donde todas las cosas podían estar de dos formas posibles en acto cuando se tiene todas las propiedades en ese mismo momento y en potencia , cuando todavía no han desarrollado las propiedades pero las tendrán en un futuro .
Que cualquier ideas que se presente a la mente a la vez de un modo claro y distinto debía ser verdadera su evidencia es independiente de cualquier condición limitadora.


Ana Morillo
Sección 03

Anónimo dijo...

en los problemas universales es dar un termino definitivo ya que habla de lo real a lo verdadero o lo que es la realidad, aunque algunos caen en la psicologia cognitiva y otros mas aun en la Ontología, y en la filosofia de platon muchos pueden ser entendido como una respuesta heráclito en donde se refiere que puede comtemplar lo mismo varias veces, y tambien platon dice que el mundo intelecto es un mundo de conocimiento en otras palabras solo el conocimiento intuitivo o experimental es el inicio que nos permite llegar a los hechos ya que es lo que nos lleva a conocer lo que en realidad existe o si es real o no es real, todo esto se debe a que la ciencia viene siendo la evidencia de las cosas y los seres humanos son objetos de los intuitivo. Estas lectura habla de cada ciencia, como sus respectivos autores ven desde su punto de vista los mas resaltante o importante, y en cierta forma este problema nos lleva a reflexionar sobre el pensamiento en donde hay un nido de problemas.

Yulibey Alvarado
CI. 13.558.669
Educación Integral
sección 3

Anónimo dijo...

La modernidad dialéctica del siglo XI nos planteo el problema de los universales.
esta llegó muy decantado al siglo XI Se ofrecía ya al estudioso
con alientos de problema fundamental; se conocían con bastante
profundidad sus implicaciones gnoseológicas y metafísicas y, por
tanto, teológicas.
Sin embargo, su ubicación su estudio no se habla desgajado de la Dialéctica
ni habían dejado de ser sus fuentes fundamentales la isagogé
de Profirio y las Categorías de Aristóteles. Su vinculación con
la Dialéctica hizo que se viera arrastrado en el torbellino de sus
formas y en la superficialidad de su popularidad. La novedad del
nuevo espíritu racionalista le perjudicó, pero también le ayudó,
hasta el punto de hacerle eje en torno al que giró la calificación
de los filósofos.
Desde sus nuevas perspectivas y el rigor de sus esclarecimientos
se nos hace mucho más comprensible el resurgir filosófico del
siglo XXI, cuyo fundamento se encuentra, sin lugar a dudas, en la
labor de los maestros de este período.
Juan de Salisbury, discípulo de Dialéctica en París ya en 1136,
enjuició desde su perspectiva, de forma muy interesante, las múltiples
repercusiones que esta cuestión tuvo en la vida intelectual.
Dice así: «Pero, los maestros, para hacer ostentación de su ciencia,
de tal modo instruyen a sus oyentes, que no se hacen entender;
consideran que cada “bonete» está cargado de secretos de
* El trabajo aquí publicado es el texto Integro del Capitulo IV de mi
obra La Filosofía en el siglo XI, realizada con la ayuda de una beca March,
en el periodo 1972-74, que permanece inédita pendiente de nuevas investigaciones,
aún sin concluir. He considerado oportuno no modificar su
redacción, para no desvirtuar su carácter de parte integrante en una
obra de más amplia temática.

Morales Mirka sección #3 de edc/In/noc

Anónimo dijo...

Este concepto de contemporaneidad concedió al presente un
valor de «presente histórico», que no supuso sólo fidelidad a la
tradición, sino que hizo que esa tradición fuese considerada contemporánea.
Precisamente por esto, resultó una conquista de la
conciencia histórica el reconocimiento de valores paradigmáticos
en esa tradición, es decir, el que fuese elevada a la categoría de
«clásica», de modélica: «La asimilación de la cultura clásica de
los hombres del Medievo es un hecho conocido sobradamente,
pero no es esto lo que a nosotros nos interesa, sino el fenómeno
de la expresa voluntad de llevar a cabo tal asimilación. Algunos
aspectos de este proceso nos han ocupado en otro lugar, donde
hemos recogido un número considerable de datos, muy especialmente
sobre la “cristianización” de sabios y héroes antiguos
(cf. La estimación de Sócrates y del saber clásico en la Edad
Media;Una vez establecida esta incorporación,
era posible elevar la admiración hacia los antiguos y convertirlos
en paradigmas para la propia conducta. Y esto es lo
que tuvo lugar en el Medievo, en grado que no se habla dado
antes
Lo antiguo y lo nuevo estuvo referido en la Alta Edad Media
casi exclusivamente a las Sagradas Escrituras y a lo que ellas
representaban: hubo un Antiguo Testamento, frente a un Nuevo
Testamento; los fieles de la Antigua Alianza y los de la Buena
Nueva. Después del siglo xi puede hablarse, también, de los antiguos
Padres de la Iglesia y de los teólogos modernos, quienes
utilizaron nuevos métodos en la exposición de la «página divina».
Sin embargo, creo que puede afirmarse, que quienes fundaron el concepto
de modernidad fueron los filósofos. Ya Gerberto de Aunllac
a finales del siglo x fundó, con la estructura concedida a la
El problema de los universales. La modernidad.
enseñanza de la Dialéctica, la logica nova frente a la logica vetus,
que entrañaba, indudablemente, una idea de progreso. Y ahora,
en el siglo xx, se creó el concepto de nuevos doctores frente al
de doctores antiguos, es decir, los que comenzaron a enseñar la
Dialéctica «in voce» frente a los que enseñaban la dialéctica «in
re», lo que igualmente supuso, pese a todas las críticas nacidas
de la reacción teológica, un criterio de progreso.

abreu tahelis sección #3 de edc/In/Noc.

Anónimo dijo...

Con el problema de los universales, en el periodo de transición
del siglo íx al níí, desde
la psicología de las concepciones del mundo, a saber, que desde
28 Estudios del Departamento de Historia de la Filosofía
un problema concreto, desde una cuestión específica se pretendió
alcanzar el todo, configurar el cosmos con ideas desde la subjetividad
vivencial y reflexiva, y desde la objetividad conformadora
externa, que fue, en la Europa cristiana, óntica y dogmática La concepción del mundo así entendida, que no lo sería en
probidad absoluta, se opone a lo que él llama Filosofía
profética. La primera, la concepción del mundo, « La contemplación
universal habla en todo caso de impulsos, de cómo
los hombres encuentran su sentido, de lo que ellos tienen por
verdadero, de las exigencias que experimentan como absolutamente
obligatorias. Pero no toma una actitud, no quiere como la
Filosofía profética ser propagadora de algo; da piedras en vez
de pan al que pide sentido a la vida; remite a si mismo a aquél
que desearía agregarse, someterse, ser discípulo. Este sólo puede
aprender en el mejor de los casos lo que es sólo medio para él.
Lo que importa, tiene que encontrarlo él mismo en experiencia
original. Llamo a esta contemplación Psicología en contraposición
a la Filosofía profética» Es esta contraposición la que define
la aplicación de la contraposición existente entre «Dialéctica
» y Filosofía en este momento histórico. Y La distinción nace del aliento entrañable del que hacer
mismo. Sin embargo,
la contemplación universal no es aún una concepción del
mundo, para ello han de venir los impulsos que afectan al hombre
en su totalidad y que parten de su totalidad. Los filósofos
no eran solamente observadores pacíficos, irresponsables, sino
también impulsores y formadores del mundo.

portillo raquel sección #3 de edc/I/Noc

Anónimo dijo...

la llamada Filosofía Se contrapone, por naturaleza,
a la contemplación universal, porque ofrece concepción del
mundo, porque indica sentido y significación, porque establece
cuadros de valores como normas y con validez. Sólo a esta Filosofia
le corresponde el nombre de Filosofía, si es que queremos
que conserve el sentido noble, poderoso. Pero el nombre ha llegado
a ser hoy usual para la contemplación universal, hoy, que
no existe una Filosofía a excepción de los débiles intentos
románticos de restablecimiento. Así, actualmente, se llama
Filosofía a lo que de una manera más precisa y clara se llamaría
Lógica, Historia de la Filosofía, Sociología y Psicología. Contemplación
de las concepciones -del mundo no es ya, por lo tanto,
en cuanto contemplación, auténtica Filosofía, sino Lógica o Sociologia
o Psicología» Este paralelismo entre nuestro mundo y el racionalismo del
siglo xx El impulso racionalista> la ambición novedosa, la
adivinación de un progreso —que hoy pensamos sin límites— apoyado
en la razón, son, con el prestigio de la «información», que
no llega a ser sabiduría, con el ansia apresurada de una erudición
pedestre, síntomas de paralelismo de dos momentos de
crisis. entonces son, descristianizados, los mismos
con los que hoy nos cruzamos por la calle. Nuestros tecnócratas.
Pero aquéllos conservaron el pondus de un sentido transcendente
del vivir humano.
Precisamente porque el «dialéctico» no perdió el sentido trascendente
de la vida su que hacer «ministerial» mantuvo, junto
al riesgo definitivo de su salvación, un alto valor humano avalado
por su tensión hacia Dios. Y por ello pienso que en el significado
del término Weltanschauung a él aplicado caben los ecos semánticos
que en él introdujo
Pocas veces se han dicho con menos palabras tantas cosas
acertadas sobre la actitud científica del hombre del periodo cristiano
de la Historia de Europa, escribió en
el capitulo primero de esa obra.

Cova Arelis sección # 3 de edc/I/Noc

Gleisi Bravo dijo...

Al tener una forma para percibir y concebir los problemas podemos concentrarnos también en la naturaleza y clase de los mismos. Entendiendo un problema como la desviación de una situación actual de una deseada en un punto de tiempo dado. Posee cinco componentes:

- Quienes enfrentan el problema y quien(es) toman decisiones

- Aspectos del problema que se pueden controlar

- Aspectos de la situación problema que se escapan del control de quien toma la decisión

- Las restricciones que se imponen desde dentro o desde fuera sobre los aspectos mencionados

- Los posibles resultados producidos al hacer una decisión

Toda situación problemática involucra a un sistema que contiene el problema y a otro que lo soluciona; debiéndose delimitar los límites de cada uno.

- Existen problemas bien estructurados, con objetivos definidos, fronteras y restricciones definidas y variables cuantificables (duros), y problemas mal estructurados, en los que todos sus elementos son en sí mismos problemáticos, no hay fronteras ni objetivos bien definidos y algunas de sus variables no son cuantificables (blandos).

es dar un término convencional a lo que es en realidad un nido de problemas interrelacionados, algunos de los cuales caen en el área de la Psicología cognitiva, otros dentro de la Epistemología, y otros más aún en la Ontología. En otras palabras, este problema involucra cómo pensamos, cómo sabemos, y cuáles son las realidades a ser conocidas.

Hablando en términos generales se puede decir que “universal” se opone a “particular” como lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en oposición a los particulares, entidades concretas y singulares. Así, si digo, “Antonio es hombre”, Antonio sería el particular, concreto, individuo, y “hombre” el universal, abstracto.

Carolina dijo...

Delxy Parima C. I 12.881.378
El problema de los universales es dar un término convencional a lo que es en realidad un nido de problemas interrelaciones, algunos de los cuales caen en el área de la Psicología cognitiva, otros dentro de la Etimologías, y otros más aún en la antología. En otras palabras, este problema involucra cómo pensamos, cómo sabemos, y cuáles son las realidades a ser conocidas.
En pocas palabras esto nos lleva a una reflexión entre no real y lo verdadero, partiendo de un punto central Dios.

Anónimo dijo...

Davis Guillen 2do semestre educacion integral

Anónimo dijo...

se puede decir que “universal” se opone a “particular” como lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en oposición a los particulares, entidades concretas y singulares. Así, si digo, “ALBERTO es hombre”, ALBERTO sería el particular, concreto, individuo, y “hombre” el universal, abstractO. el concepto, o la idea, la esencia de una cosa, sería captar el universal de la realidad concreta. En el enunciado anterior “ALBERTO es hombre”, ”hombre”, aplicado a ALBERTO significa que el individuo se realiza la idea, la esencia (aquello que hace que algo sea lo que es y no otra cosa), “el universal esencia-hombre”. Esta esencia-universal se aplica a ALBERTO de la misma manera que a Juan, a PEDRO o a Maquiavelo. De aquí la definición clásica de lo universal en la filosofía escolástica (de la que partirá también Ockam, aunque la criticará y modificará substancialmente). Universal es “aquello que se predica como común a todos y de cada uno (de los individuos de una totalidad, bien sea esta de ámbito absoluto, como por ejemplo el ser, o de ámbito más reducido, como el hombre, el animal, etc.Las posiciones filosóficas de Roscelino expresan la mayor parte de los rasgos del nominalismo. Entre estos destacan: a) la noción de universal como sonido de la voz; b) la noción de que sólo son reales los entes particulares, y c) la noción de que una cualidad no es separable de la cosa de la cual se dice que “tiene” esta cualidad.¨¨

Anónimo dijo...

MARIA FERNANDA ROMERO
19.015.342

Anónimo dijo...

Hablando en términos generales se puede decir que “universal” se opone a “particular” como lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en oposición a los particulares, entidades concretas y singulares. Así, si digo, “Antonio es hombre”, Antonio sería el particular, concreto, individuo, y “hombre” el universal, abstracto.Las incompatibilidades formales, estructurales, no son afectadas por la existencia o la inexistencia, al conocimiento abstractivo, se comprende que éste sirva en una ciencia cierta. En el conocimiento intuitivo es aquel en virtud del cual sabemos que una cosa es, cuando es, y que no es, cuando no es." Así, el conocimiento sensible es el único cierto, cuando se trata de alcanzar las existencias.En resumen se puede decir que El nominalismo consistió en afirmar que un universal – como una especie o un género es un sonido de la voz. Los universales son simplemente nomina, nombres, voces, vocablos, o términos.
MARIELLA ROMERO
CI:6.873.436

Anónimo dijo...

¿Conocemos directamente, pues, la realidad individual o conocemos sólo las esencias universales? La intuición no es, para Occam, la captación directa por parte del sujeto de una esencia, de una idea de tipo platónico, sino la relación directa del sujeto que conoce con el objeto conocido, con la cosa. En este sentido, el conocimiento es algo que se ofrece de modo directo e inmediato al individuo (no el resultado de una abstracción, de una elaboración del entendimiento que culmina en un concepto); es algo, por lo tanto, presente, que queda garantizado por la inmediatez, por la presencia de la cosa que es la causa inmediata de dicho conocimiento, por el que se afirma en consecuencia la existencia de la cosa y del que dependen también las relaciones entre las cosas.El problema en tiempos medievales
Sabios islámicos preservaron una tradición de sabiduría aristotélica después de que el Cristianismo lo hubiera largamente olvidado. Alrededor del siglo XIII, sin embargo, la "reconquista" de España estaba progresando, y trayendo consigo una vez más a la conciencia del mundo de la literatura latina las riquezas de la antigua filosofía griega, como se ha encontrado en las bibliotecas recapturadas de Toledolos universales es dar un término convencional a lo que es en realidad un nido de problemas interrelacionados, algunos de los cuales caen en el área de la Psicología cognitiva, otros dentro de la Epistemología, y otros más aún en la Ontología. En otras palabras, este problema involucra cómo pensamos, cómo sabemos, y cuáles son las realidades a ser conocidas.
Mucho en la filosofía de Platón puede ser entendido como una respuesta a Heráclito, especialmente a las implicaciones escépticas de sus escritos. Para Platón, nuestro intelecto puede contemplar el mismo río cualquier cantidad de veces, ya que río como una idea, como una forma, se mantiene siempre el mismo. Hay una aguda distinción entre el mundo de los sentidos y el mundo del intelecto: uno puede tener sólo opiniones acerca del primero, pero puede tener conocimiento, una creencia verdadera justificada, acerca del segundo. Justamente por esa razón, el mundo inteligible es el mundo de la razón, y el mundo sensible es sólo provisionalmente real, como las sombras en la pared de una cueva.
MAIBA ELENA ROJAS
CI:6.366.001

keyla dijo...

Keyla Gamboa. C.I: 12.160.719. Educación Integral. Sección 3.En términos generales se puede decir que “universal” se opone a “particular” como lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en oposición a los particulares, entidades concretas y singulares.Esto se debe a que "la ciencia nace de la evidencia de la cosa". Los individuos son objeto del conocimiento intuitivo.

Carolina dijo...

delxy parima c.i 12881378
Educación integral segundo semestre

Los universales estaban formado por los filosofos que pertenecian ala iglesia catolica, constituidos en su mayoria pro monjes. Universal viene de general

En Los nóminales también hanían monjes pero pensaban distinto, ellos decian que cada cosa tenia su caracteristica, valor o razón de ser. Lo nóminal viene de nombre de especifico.

Anónimo dijo...

pudrete delxy parima solo eres un puta cachera

Anónimo dijo...

sorry q diga pudrete carolina perra